Un grupo de accionistas de Vicentin se presentó en la Fiscalía de Delitos Económicos de Rosario para solicitar “ser admitidos como querellantes por considerarse víctimas de las maniobras defraudatorias de los miembros del directorio que llevaron a la empresa al default” a finales de 2019.
La empresa quedó debiendo más de 1.500 millones de dólares (entre granos y créditos tomados, pero no pagados) en lo que se convirtió en el default más grande en la historia del mercado cerealero.
Desde la oficina que conduce el fiscal Miguel Moreno adelantaron que les tomaran declaración para ver qué pueden aportar en relación con el delito de administración fraudulenta.
El pedido de este grupo de accionistas de constituirse en querellantes marca un fuerte quiebre en el frente interno de la empresa, cuyos dueños (nucleadas en cuatro grandes ramas familiares) venían actuando en bloque.
Pero ahora la novedad es que apareció un grupo que fue la Justicia a decir que se sienten defraudados por los directores, que son familiares.
A su vez, anticiparon que más accionistas quieran sumarse entre los querellantes -al sentirse víctimas de las maniobras que acreedores comerciales y bancos denunciaron como reales causas de default- supone para la actual conducción de la empresa un fuerte golpe.