El mango es actualmente una de las frutas más populares en todo el mundo, debido principalmente a su peculiar sabor. llena de propiedades , rica y al alcance de tus manos.
Las propiedades antioxidantes y los efectos positivos sobre el aparato digestivo, además de su versatilidad como articulo culinario, avalan el papel del mango como una fruta como accesible y al alcance de las manos .
Se trata de una fruta tropical con un alto contenido en agua (83%) y un aporte calórico moderado (unas 75 kcal/100g). Es rico en hidratos de carbono, y destaca por su contenido en potasio, fibra, vitamina A, E y C. Además, proporciona un gran efecto saciante, debido a su aporte en fibra, favoreciendo por ello la prevención y la mejora del estreñimiento y también la regulación de los niveles de colesterol en sangre. comenta la dietista-nutricionista Adriana Oroz, directora del Centro de Nutrición & Dietética.
Mangiferina: el secreto cardioprotector
Entre los nutrientes que aporta el mango destacan especialmente los antioxidantes naturales como la vitamina C (una ración asegura el 50% de la ingesta diaria recomendada de esta vitamina), los carotenos, los antocianos y los polifenoles. Respecto a estos últimos, Adriana Oroz apunta que se trata de compuestos que no tienen función nutritiva y no aportan calorías “pero que constituyen sustancias bioactivas que pueden impactar de forma beneficiosa en el organismo. Entre los polifenoles que se encuentran en el mango están los flavonoides, la quercetina, las ligninas y lignanos y las catequinas.
Sin embargo, la sustancia más característica —y con propiedades más notables— del mango es la mangiferina, está presente en su piel, en sus hojas y en el fruto. Se trata de un compuesto fitoquímico que, junto con otros componentes, como la fibra, ácidos fenólicos, flavonoides y carotenoides, ayuda a la salud cardiovascular. Su peculiaridad y sus efectos beneficiosos residen principalmente en las propiedades antioxidantes, ayudando a reducir el estrés oxidativo y el daño celular, que son los principales desencadenantes de la mayoría de las enfermedades crónicas y las afecciones cardiacas.
De este modo contribuye también a reducir los niveles de colesterol y triglicéridos, previniendo la incidencia de accidentes cardiovasculares, e incluso siendo un buen aliado para el correcto funcionamiento del flujo sanguíneo, relajando los vasos sanguíneos y regulando la presión arterial.
Enzimas, microbiota y digestiones óptimas
A este efecto cardioprotector se unen sus reconocidas propiedades digestivas derivadas fundamentalmente de la riqueza del mango en determinadas enzimas, entre las cuales se encuentran las amilasas. Estas enzimas participan en el proceso de digestión y contribuyen a absorber correctamente los nutrientes esenciales. Concretamente, se encargan de la digestión de los carbohidratos, descomponiéndolos en azúcares más simples. De este modo, la ingesta de mango puede ayudar a mejorar los procesos de digestión e incluso proteger de algunas dolencias de índole digestivo.
Asimismo, en esta acción beneficiosa sobre el aparato digestivo también tienen mucho que ver sus efectos positivos sobre la microbiota intestinal-
El mango, como la mayoría de las frutas, es muy rico en fibra soluble. Estas fibras pueden servir de alimento para la microbiota, aumentando las bacterias beneficiosas que combaten agentes patógenos y, de este modo, desempeñando un papel protector ante patologías intestinales. Por otro lado, también regula la absorción de agua intestinal, ayudando a la función y motilidad intestinal y, por consiguiente, aliviando el estreñimiento. Además, entre sus propiedades, también destaca la antiinflamatoria, lo que resulta muy útil en el tratamiento de patologías que cursan con inflamación intestinal como pueden ser la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa”.
Azúcares, con precaución
Generalmente, el mango es una fruta que se puede consumir de forma segura, “pero si tuviéramos que destacar alguna situación fisiológica especial en la que quizás se tendría que controlar su consumo es en aquellos pacientes diabéticos en tratamiento debido a los azúcares que contiene de forma natural que, además, aumentan con la maduración de la fruta. Por eso, en estos casos, debería moderarse su consumo para evitar posibles picos de glucemia que pueden complicar su cuadro clínico, pero no habría necesidad de eliminar su ingesta en el contexto de una alimentación correcta y equilibrada. Otra situación especial en la que quizás se debería moderar su consumo sería en aquellas personas que padezcan úlceras gastroduodenales, debido a su acidez.
En cuanto a su ingesta conjunta con otros alimentos o fármacos, el foco de atención se centraría principalmente en las personas con tratamientos anticoagulantes, como la warfarina, ya que el consumo elevado de esta fruta puede alterar el efecto de la terapia.
Maduro sabe mejor
A la hora de consumir el mango es importante que esté ligeramente blando y que desprenda un buen aroma (un olor afrutado), ya que alcanza su mejor sabor cuando madura. Si al apretarlo se percibe que está blando significa que está maduro, por lo que resulta perfecto para consumirlo en el mismo día. En cambio, si se tiene previsto comerlo más adelante, es mejor escoger una pieza más dura, que madurará en casa según vayan pasando los días, también que en el caso del mango, el color de la piel no es un indicador de la madurez: “La coloración indica únicamente cuál es la variedad de la fruta. El color de cada pieza, aun siendo de la misma variedad, puede cambiar en función de la posición que haya tenido en el árbol respecto al sol. El tono de la pulpa, en cambio, sí que permite saber el grado de madurez: una pulpa de color naranja indica un mango maduro perfecto para su consumo. La firmeza de la pulpa disminuye conforme va madurando la fruta”.
En cuanto a la mejor forma de conservar el mango en casa una vez comprado para hacerlo en las mejores condiciones lo primero a tener en cuenta es que se trata de una fruta que a temperatura ambiente se mantiene muy bien y no es muy compatible con la nevera:
De hecho, aconsejo evitar guardarlo en el frigorífico siempre que sea posible. En el caso de tener que hacerlo, lo más recomendable es cortarlo e introducirlo en recipientes impermeables; de esta forma, su duración será mayor.
El mango se puede congelar “y, de hecho, lo venden congelado en muchos supermercados. Para someterlo a este proceso en casa, lo mejor es pelarlo y cortarlo en dados e introducirlos después en una bolsa de congelación. Es una buena opción que permite utilizarlo más adelante para la elaboración de ensaladas o postres, por ejemplo”, añade Adriana Oroz.
Ingrediente “top” de salsas y ensaladas
Otra de las razones de la popularidad del mango es la versatilidad que ofrece a la hora de incorporarlo como ingrediente en las preparaciones culinarias. La pulpa, por ejemplo, se puede emplear para elaborar mermeladas, confituras, gelatinas, batidos y zumos. También se puede utilizar en recetas saladas: en ensaladas; acompañando a platos como el ceviche o el tartar; con salmón, atún o gambas; como endulzante en recetas de postres; en bizcochos e incluso en salsas. Recomiendo mucho en la consulta las magdalenas de mango y una salsa de mango que resulta muy sabrosa como acompañamiento de ensaladas, wraps, tortitas rellenas, rollitos de primavera.
Un dato interesante en este sentido es que desde el punto de vista culinario, el mango cuenta con la ventaja de que posee propiedades naturales ablandadoras, lo que lo convierten en el ingrediente perfecto para las marinadas, por ejemplo.
Existen una gran variedad de recetas para degustar el mango y optimizar su sabor y propiedades nutricionales, aqui te dejamos una receta muy facil para sacarle todo el partido
Salsa de mango
Ingredientes:
Un mango entero
Una cucharada de aceite de oliva
Curry al gusto
Medio vaso de agua
Dos cucharadas soperas de vinagre
Dos cucharadas soperas de salsa de soja
Una cucharada de postre de semillas de chía
Elaboración:
Saltear con aceite el mango cortado en dados y condimentado con curry. Una vez se va deshaciendo, añadir el vinagre, la salsa de soja y el agua para que acabe de hacerse unos minutos más. Después, triturar hasta obtener una masa homogénea. Añadir la chía y dejar reposar a fuego lento unos 15 minutos.
Tambien se puede incluir en reposteria, salsas dulces, agridulces, ensaladas de frutas o como complemento en guarniciones saladas para acompañar frutos de mar, con un aliño generoso de aceite de oliva o sesamo, sal marina , limon y ralladura de limon .Exquisito!!
Licuados refrescantes con una medida de <Gin o ron y mucho hielo, salsas para carnes rojas, etc. existen tantas recetas como gustos …. solo te queda disfrutar de esta esta maravilla
FUENTE : VIDA Y HOGAR