Lo dice Diego Ramírez, docente de jornada ampliada en una escuela rural de Paraje El Lucero, en el departamento San Cristóbal, que recorre 100 kilómetros en moto para llegar al establecimiento. Lilian Godoy, docente y directora, remarca que “mi vida consiste en esto, en la escuela; el reconocimiento Asistencia Perfecta es un premio al docente que está todo el día en el aula”.
La Escuela N.º 952 Domingo Faustino Sarmiento se ubica en el Paraje El Lucero, ubicado en el departamento de San Cristóbal de la provincia de Santa Fe. Es una escuela rural que brinda albergue de lunes a viernes a los niños y niñas que allí estudian, tanto en el nivel inicial, como en el primario.
La escuela está compuesta por la docente de nivel inicial, cinco maestras de primaria, docentes especiales de educación física, música, tecnología y plástica. Además, cuentan con clases de danza e inglés en jornada ampliada. A eso se le suma el equipo de asistentes escolares, los celadores de albergue, dos cocineros, un ecónomo y dos porteros. Lilian Godoy y Diego Ramírez son docentes allí.
Lilian es la directora. Ella llega los domingos a la tarde a la escuela y se queda hasta los viernes a la tarde, cuando van a retirar a todos los niños. Lilian trabaja en la Escuela N° 952 hace 15 años, desde el año 2009 trabaja en forma definitiva, antes hizo reemplazos cortos y ahora es interina en la dirección. Hace 17 años que es docente. “Primero estudié docencia por iniciativa de mi papá, para cumplirle su sueño y me encantó. A la vocación la encontré en el momento de compartir con los niños. Ahí dije si, esto es lo mío. Ellos esperan amor, comprensión y que estemos para ellos y, obviamente, la transmisión de contenidos. Cuando aprenden a conocer el mundo a través de las letras y los números es emocionante”.
Ser directora de una escuela rural con albergue implica una gran responsabilidad, tanto para su directora como para sus docentes. “Por eso, en mi carrera docente tuve muy pocas inasistencias. Mi vida consiste en esto, en la escuela. El reconocimiento a la Asistencia Perfecta es un premio al docente que está todo el día en su grado. Me pareció muy buena idea y acepto esa propuesta del Gobierno”.
Por último, Lilian solicitó “a otros docentes que sigan ejerciendo para poder formar buenos niños y que elijan la ruralidad”.
Garantizar la continuidad pedagógica
Por otro lado, Diego Ramírez es docente de escuelas rurales. Actualmente se desempeña en la jornada ampliada de la Escuela Primaria N.º 952, en el Núcleo Rural N.º 610, en la Escuela San Francisco (ubicada sobre la Ruta 39) y en la Escuela Gustavo Martínez Zuviría (ubicada sobre la Ruta 4). Además, trabaja en la Escuela Nº 922 Fray Justo Santa María de Oro, en San Cristób
Para Diego, “ser docente es una vocación. En mi caso en particular surgió por la curiosidad que dio frutos cuando los chicos aprendieron”. Para llegar a la Escuela N° 952 viaja en moto desde San Cristóbal. Son 100 kilómetros de ida y 100 kilómetros de vuelta. Diego llega a la escuela los domingos y se retira los días martes. En total, hace 800 kilómetros por mes.
“La vida en la escuela rural es un contexto distinto. Algunos piensan que es aburrido, pero para mí es lindo interactuar con los alumnos, con los docentes, con la directora, con las asistentes escolares y con los padres. Siempre ofreciendo lo mejor de mí para ellos”, explica Diego, quien los lunes da clases de danza y los martes de música. “Yo siempre les digo a los chicos que no se trata de bailar por bailar, o cantar por cantar. Entonces les explico que si van a bailar una danza tienen que saber el significado, quién la escribió, dónde está ubicada y en qué tiempo. Ahí vamos deshojando la danza para elaborarla y que ellos mismos se puedan expresar en crear la coreografía. Busco que puedan entender la cultura argentina y, en nuestro caso en particular, la ruralidad”, detalló.
Sobre la asistencia como docente, Diego afirma que “no me gusta faltar para garantizar la continuidad pedagógica. Cuando recibí el primer email que me llegó de Asistencia Perfecta me sentí orgulloso y valoré mi trabajo. Creo que ahora el sistema se acordó de nosotros. Yo rompo motos viniendo a la escuela, he salido con barro, bajo la tormenta y fue todo un reconocimiento. Mi sueño es que los chicos puedan aprender cada día más de la cultura argentina”.
Para finalizar, Diego sostuvo que “estudiamos para ser docentes y educadores. Van a pasar muchas circunstancias y momentos adversos, pero tenemos que pasarlos porque nos preparamos para eso”.