La disputa entre el Gobierno nacional y el personal del Hospital Garrahan escala, a pesar de la conciliación obligatoria. Mientras los profesionales de la salud denuncian salarios “magros” que provocan la partida de personal y ponen en riesgo la atención, el Gobierno insiste en un “plan de eficiencia” y acusa a la gestión anterior de haber inflado la planta administrativa, advirtiendo que “los ñoquis se van”.
Versiones Encontradas: ¿Desfinanciamiento o Desorden Administrativo?
El conflicto en el principal centro pediátrico del país revela un profundo desacuerdo en la visión de la situación. Desde el Gobierno, tanto la vocería presidencial como la viceministra de Salud, Cecilia Loccisano, defienden una perspectiva macroeconómica, argumentando que el problema radica en un “desorden administrativo” y un exceso de personal no asistencial. Fuentes oficiales subrayan que la planta cuenta con 953 administrativos y 478 médicos, lo que, según su análisis, genera un gasto desproporcionado en recursos humanos no sustantivos. Para el Gobierno, la solución pasa por una “reestructuración” que incluso contempla la implementación de control biométrico para el personal.
Por otro lado, los médicos y residentes del Garrahan refutan esta postura, asegurando que los bajos salarios están provocando una masiva deserción de profesionales. Alertan que diversas áreas del hospital están “vacías o a punto de vaciarse”, lo que, a su juicio, pone en riesgo inminente el nivel de atención a los pacientes y amenaza con el colapso del sistema. Comparan sus remuneraciones con las de hospitales porteños o del sector privado, evidenciando una brecha significativa.
El Debate sobre la Planta de Empleados
El Gobierno acusa a la gestión kirchnerista de haber incrementado la planta del Garrahan en 1.200 personas a partir de 2020. Su estrategia actual es “dejar ir” al personal no sanitario que no esté conforme con los salarios, buscando así “recuperar un orden que juzgan perdido”.
Sin embargo, los profesionales de la salud del hospital señalan que la cifra de empleados no médicos no se limita a los administrativos. La plantilla del Garrahan incluye unos 1.300 enfermeros (casi 900 de ellos licenciados), además de bioquímicos, psicólogos, radiólogos y kinesiólogos, entre otros especialistas. Al sumar a estos profesionales y a los auxiliares y ayudantes del área asistencial, el personal que atiende directamente a los pacientes asciende a 3.166 personas, según datos oficiales. Esta aclaración busca desvirtuar la percepción de una planta con mayoría de “ñoquis” y enfatizar la importancia de cada rol en la operatividad del hospital.
La controversia se mantiene latente y, a pesar de la conciliación obligatoria, las partes parecen lejos de encontrar un punto en común, mientras la preocupación por la atención pediátrica de alta complejidad crece en todo el país.
Consecuencias y Preocupaciones
- Situación “desesperante”: Jefes de emergencia y otros profesionales han calificado la situación de “muy desesperante” debido a la falta de insumos básicos y la dificultad para sostener la atención de alta complejidad.
- Impacto en la atención pediátrica: La crisis genera preocupación por la calidad y continuidad de la atención pediátrica de alta complejidad, un servicio esencial que brinda el Garrahan a nivel nacional.
En resumen, si bien el Gobierno argumenta que no hay un desfinanciamiento per se, sino un problema de gestión y una dotación excesiva de personal administrativo, los trabajadores del Hospital Garrahan denuncian una clara reducción de recursos, salarios insuficientes y una preocupante deserción de profesionales que pone en riesgo la calidad de la atención.