Las urnas en Avellaneda arrojaron un claro triunfo para la gestión de Gonzalo Braidot, quien consolidó su liderazgo al obtener el 50% de los votos y asegurar las dos bancas que el oficialismo ponía en juego en el Concejo Municipal.
Este resultado permitirá la renovación del cuerpo legislativo con la entrada de Milena Salazar y Mauricio Delbón, quienes se sumarán al ya experimentado Osvaldo Fernández. No obstante, la elección dejó una huella preocupante: una participación ciudadana históricamente baja, con casi la mitad del padrón electoral ausente.
“Unidos para Cambiar Santa Fe” mantuvo su predominio en Avellaneda, un respaldo que refuerza la figura de Braidot y su conexión con importantes referentes provinciales como Marcón, Scarpín y Pullaro. La lista oficialista, con Milena Zalazar y Mauricio Delbón, se impuso holgadamente. Por su parte, Osvaldo Fernández (27,19%), logró renovar su banca representando a “La Libertad Avanza”, mostrando la diversidad de representación en el próximo Concejo.
Del lado de la oposición, el peronista Luis “Patito” Lezcano, a pesar de haber obtenido 2595 votos, quedó por fuera de la composición del Concejo, representando una pérdida estratégica para su espacio y reconfigurando el balance de fuerzas en el ámbito deliberativo local.
El dato más relevante de la jornada fue la mínima afluencia de votantes. Avellaneda registró una de las tasas de participación más bajas desde el retorno a la democracia, con apenas un 49% de los electores ejerciendo su derecho. Este fenómeno, que se replicó en gran parte de la provincia, plantea un desafío significativo para el sistema político local, que deberá analizar las causas de esta desafección y buscar mecanismos para revitalizar el compromiso cívico en futuras contiendas.