La relación entre el Gobierno y el sector agropecuario entra en una fase decisiva.
Este martes, el presidente Javier Milei se reunirá por primera vez de manera formal con la Mesa de Enlace en la Exposición Rural de Palermo, un encuentro cargado de expectativas tras el regreso de las retenciones a sus niveles originales y la creciente inquietud del campo por la presión fiscal y la deficiente infraestructura. El encuentro se concretará luego del simbólico ingreso del primer animal a la pista central de la Rural 2025, marcando el inicio de la muestra ganadera más importante del país.
La cita, acordada entre el presidente y Nicolás Pino, titular de la Sociedad Rural Argentina (SRA), durante un encuentro en la residencia de Olivos, es vista por los dirigentes como un necesario gesto de apertura. “Nos reuniremos los cuatro presidentes de las entidades con el máximo mandatario para abordar temáticas vinculadas al sector”, confirmó Pino, subrayando la importancia de estos espacios para el diálogo y la participación de todos los actores involucrados.
Retenciones y Carga Impositiva: Ejes Centrales de la Discusión
La suba de las retenciones a la soja y el maíz, aplicada desde el 1° de julio, es el principal punto de fricción. Tras una reducción temporal, la alícuota de la soja volvió al 33% y la del maíz al 12%, dejando, según estimaciones de la SRA y Aacrea, a gran parte de la producción en riesgo de inviabilidad, afectando al 80% del área sojera y casi el 60% de la maicera.
Pero el malestar del campo va más allá de los derechos de exportación. La dirigencia rural apunta a la presión impositiva general, que combina tributos nacionales, provinciales y municipales. Además de las retenciones, los productores soportan el Impuesto a los Ingresos Brutos, el Inmobiliario Rural, tasas viales y servicios que se actualizan por inflación.
“Las retenciones son un impuesto distorsivo que castiga a la producción y frena el desarrollo del interior productivo”, sentenció Carlos Castagnani, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), quien exige previsibilidad y reglas claras para invertir. Por su parte, Andrea Sarnari, presidenta de Federación Agraria Argentina (FAA), remarcó que la rentabilidad está “seriamente comprometida” y demandó un esquema impositivo que no asfixie a los productores.
Infraestructura y Diálogo Político: Los Otros Desafíos
A la presión fiscal se suma el deterioro de la infraestructura productiva, que afecta directamente la competitividad. El mal estado de las rutas rurales, la falta de obras estratégicas en corredores logísticos y el atraso del sistema ferroviario encarecen los costos de traslado de la producción. Las entidades consideran que la inversión en caminos y transporte es prioritaria para sostener el flujo de divisas que genera el agro.
Los dirigentes, siempre dispuestos al diálogo, esperan resultados concretos. “El productor no aguanta más presión impositiva. Argentina necesita salir adelante produciendo más, y para eso hay que dejar de castigar al que produce”, sostuvo Castagnani. Además, la Mesa de Enlace podría plantear su preocupación por la apertura de la barrera sanitaria patagónica, un punto que inquieta a los productores del sur.
En un contexto de tensión política, el encuentro con Milei se percibe como una oportunidad para tender puentes y destrabar consensos económicos. “No pedimos privilegios, pedimos competitividad. El campo argentino puede ser el motor del desarrollo si se lo libera de impuestos que sólo existen en nuestro país”, subrayó Castagnani. Aunque el tiempo será limitado, la Mesa de Enlace buscará transmitir un mensaje claro: el agro necesita previsibilidad, alivio fiscal y obras que garanticen su competitividad para seguir siendo el motor económico del país.
