La ceremonia de asunción de los nuevos diputados nacionales se convirtió este miércoles en un lamentable show político, donde los flamantes funcionarios intercambiaron insultos, cánticos de barra brava y gestos indecorosos, demostrando un profundo irrespeto por la institución que representan. Lejos de la solemnidad republicana, el recinto de la Cámara baja fue escenario de una pugna vulgar que confirmó el peor diagnóstico: para muchos legisladores, el pueblo argentino sigue siendo solo un botín de guerra.

El Congreso, menos que una cancha de fútbol

La presencia del presidente Javier Milei junto a su hermana Karina en los palcos potenció una tensión que pronto escaló al escándalo. Apenas comenzó la jura, el oficialismo, liderado por el propio Milei con movimientos ampulosos y gritos, comenzó a corear: “¡La casta tiene miedo!”.

La respuesta desde Unión por la Patria (UP) fue inmediata y visceral: “¡La Patria no se vende!”. Este intercambio de eslóganes, más propio de una tribuna futbolística que del Poder Legislativo, sentó el tono de una jornada vergonzosa.

Gestos y provocaciones: la degradación institucional

En este marco de euforia violenta, se destacaron dos episodios que generaron repudio por su bajeza:

• El Puño y el Meneo: El dirigente social Juan Grabois (UP) giró hacia el palco presidencial para levantar el puño cerrado, en un claro gesto de desafío y resistencia a las políticas libertarias. Acto seguido, y en un ademán aún más repudiable, se dirigió a la bancada oficialista tocándose la nariz, insinuando el consumo de estupefacientes en un gesto que degrada no solo a sus pares, sino a toda la clase política.

La irrupción de estas actitudes, donde la provocación personal prima sobre el debate, evidencia que una porción de la clase dirigente confunde el mandato popular con una licencia para el comportamiento indecoroso e inconsciente.

El Juramento como arma política

La falta de respeto se extendió al acto de jura. Muchos diputados eligieron utilizar la fórmula tradicional para inyectarle un mensaje político extremo, ignorando el foco de servicio a la nación.

• Defensa de la ex Presidenta: Una gran parte de los legisladores del PJ centró su juramento en el pedido de “Cristina Kirchner libre” y en la reivindicación de Néstor Kirchner, priorizando una defensa personal por encima del mandato constitucional.

• Controversia Internacional: La diputada del Frente de Izquierda, Romina del Plá, generó revuelo al jurar “Por el derecho del pueblo palestino a existir, desde el río hasta el mar“, una frase que, para muchos, implica el desconocimiento total del Estado de Israel y la importación de conflictos ajenos a la agenda nacional.

La presencia de diputados como Virginia Gallardo, que juró con su hija en brazos en un acto de simbolismo familiar, contrastó crudamente con el entorno hostil y vociferante que la rodeaba.

En síntesis, la jornada en el Congreso se consumó como un triste recordatorio de que los legisladores, investidos por la voluntad popular, parecen olvidar rápidamente que su verdadero compromiso es con la estabilidad y el futuro de la República, y no con la exhibición de su ego o su capacidad de insulto.